En ninguna otra región la diferencia entre hombres y mujeres que padecen inseguridad alimentaria es tan alta como en América Latina y el Caribe.
A nivel global la brecha es más de 4 puntos porcentuales (el 31,9% de las mujeres vs el 27,6% de los hombres), pero en América Latina esta brecha es de 11,3 puntos porcentuales, la más pronunciada del mundo.
Las mujeres tienden a verse afectadas de forma desproporcionada por las crisis sanitarias y económicas en varios aspectos, como la seguridad alimentaria y la nutrición, la salud, y las dimensiones productivas y económicas, y en América Latina el contexto detrás de esta importante brecha de género es una crisis
profunda y multidimensional que no parece tener una solución en el corto plazo. De hecho, la prevalencia de la inseguridad alimentaria severa casi se ha duplicado desde que los datos del FIES se recogieron por primera vez en 2014, la prevalencia de la pobreza parece haberse estancado en niveles de la década pasada y la pobreza extrema es superior a la de hace 20 años. Las mujeres son más pobres que los hombres, y el índice de feminidad de la pobreza no ha mejorado en 2021, al contrario; de igual modo, no ha habido avances significativos en la reducción de la desigualdad (CEPAL).
La situación de desigualdad de ingresos es marcada en la región: un 27.6% de las mujeres no cuenta con ingresos propios contra el 11.2% de los hombres. En Guatemala este porcentaje sube hasta el 51% (contra el 14% de los hombres) y supera el 30% en países como Honduras, Colombia o Venezuela. De hecho, durante la pandemia, se registró una contundente salida de las mujeres de la fuerza laboral, lo que significó un retroceso de casi dos décadas, y en el 2022 la participación de las mujeres en el mercado laboral era del 51% contra el 75% de los hombres (CEPAL). En la misma línea, las desigualdades en el sistema de salud afectan más a las mujeres, y la pandemia ha supuesto un importante retroceso en la cobertura de los programas de salud sexual y reproductiva (SSR).
Todos estos datos nos ayudan a entender la situación de exclusión y desigualdad que viven las mujeres. Sin embargo, son los registros sobre la violencia de género los que nos muestran en toda su magnitud la situación de vulnerabilidad al que están expuestas las mujeres en la región y la urgencia de actuar.
En los países en donde existe algún tipo de medición sobre la violencia basada en género se observa que ha habido un aumento en los últimos años.
En lo que va de 2023, se ha verificado una frecuencia de un feminicidio cada 45 horas y un feminicidio en grado de tentativa cada 43 horas en Venezuela. Si usáramos esta misma forma de visualizar los feminicidios para los otros países mencionados, podríamos mirar el reloj y empezar a contar: cada 15 horas una mujer será asesinada en Guatemala o Colombia, cada 20 horas será asesinada una mujer en Honduras y cada tres días en Perú. Hemos realizado estos cálculos basándonos en los registros del 2022, pero sabemos que en 2023 han aumentado la violencia y las necesidades. Por ejemplo, en el Panorama de Necesidades Humanitarias de Colombia se indica que los riesgos de Violencia Basada en Género continuarían, y se acrecentarían en 2023 en los contextos de emergencias humanitarias por conflicto armado y desastres de origen natural, mientras el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes proyecta que en 2023 cerca de 3 millones de personas requerirán asistencia por causas de Violencia Basada en Género.
El hambre, consecuencia de la desigualdad, la exclusión y la violencia, pone a las mujeres en el centro de nuestro trabajo en América Latina. Por eso, hemos decidido dedicar esta publicación a describir lo que observamos en los territorios donde trabajamos, y que esperamos sirva de alerta y contribuya a visibilizar más las necesidades y la urgencia de actuar desde la perspectiva de la asistencia inmediata, pero también para promover un cambio profundo y duradero. Un cambio que reduzca las desigualdades y la violencia, un cambio para el cual ya están luchando muchas mujeres y hombres en la región.
Te invitamos a leer cada artículo donde hemos abordado el tema de la desigualdad de género desde la perspectiva de nuestras áreas de trabajo en seguridad alimentaria, medios de vida, migración, salud sexual y reproductiva y violencia de género, en Latinoamérica.